Lewis Carroll fue, además de escritor, profesor de matemáticas, clérigo y fotógrafo. Si no lo conoces, tal vez sí conozcas a Alicia, la niña aquella que fue a dar al País de las Maravillas. Desafortunadamente, a la mayoría de los que saben lo que le pasó por andar de curiosa en tierras ajenas, se los contó el equipo de animación de Walt Disney. Y no es que Disney sea un imperio maligno ni nada por el estilo, pero la verdad es que hacerle justicia a los libros de Lewis Carroll es una cosa por demás complicada.
El problema con las adaptaciones de Alicia en el País de las Maravillas es que casi todas presentan a la protagonista como una dulce niñita que llega por accidente a un lugar mágico y hermoso donde conoce a simpáticos seres y tiene aventuras varias. Y no hablo sólo de la película animada de Disney, hay muchas versiones en cine y teatro que tratan el texto de la misma forma: como un cuento para niños, lleno de música y personajes coloridos. Y no señores, de eso no se trataba el asunto.
Cuando Lewis Carroll, que en realidad se llamaba Charles Lutwidge Dodgson, escribió Alicia en el País de las Maravillas, quería que fuera una historia para niños, sí, pero al mismo tiempo oscura y un tanto aterradora. Y si lees el texto original, lector, lectora, verás que en realidad lo logra muy bien. El mundo en el que cae Alicia es más de pesadillas que de sueños rosas.
El lugar que imaginó Carroll está lleno de juegos de palabras, sinsentidos y paradojas: La Liebre de Marzo le ofrece a Alicia más té; Alicia lo rechaza, argumentando que aún no lo ha probado, así que no puede tomar más. “Querrás decir que no puedes tomar menos —le contesta la Liebre—: es bien fácil tomar más que nada”. En El país de las maravillas y en su continuación, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, Alicia tropieza con conceptos abstractos como Tiempo y como Nadie. Para ver a Nadie hay que tener muy buena vista: Nadie es invisible, le explican a Alicia.
Regresando al asunto de las adaptaciones de Alicia, mención aparte merece el videojuego Alice por el diseñador American McGee. Este juego de acción en tercera persona fue lanzado al mercado en el 2000 por Electronic Arts, basado en el motor de Quake II. La música que lo acompaña es del ex baterista de Nine Inch Nails, Chris Vrenna, y está ubicado algunos años después de El País de las Maravillas y A través del espejo.
El juego nos presenta una visión más macabra de Alicia y, aunque retoma los personajes de Carroll, la versión de McGee los lleva al extremo: el gato de Cheshire se ha convertido en un felino esquelético y cuasi-punk que acompaña a una perturbada y huérfana Alicia. La misión del jugador lograr que Alicia salve al País de las Maravillas de la déspota Reina de Corazones, aunque tendrá que enfrentarse al Sombrerero Loco, a Tweedledee y Tweedledum, entre otros personajes tomados directamente de las novelas de Carroll.
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