Primero lo primero: El viernes 22 de julio nació mi más nueva sobrina, Ithzel Alejandra. Así pues, declaro este 2004 como el Año en que el Chiris dio Frutos.
Pavel, Daniel e Ithzel, sean bienvenidos a esto que llamamos vida, verán que es de sabor agridulce y que el amor y el apoyo que van de la mano con la pertenencia al clan Sosa no tienen límites.
Hoy las cosas marchan. Hay muchos asuntos que se entrejen y me mantienen ocupada... en la oficina parece que todos los días hay más trabajo, pero El Jefe tiene la gran cualidad de saber hasta donde puede exigir y de reconocer cuando hacemos bien las cosas, eso ayuda a sobrellevar las horas extras y la tensión. En casa por fin parece que hay más soluciones que problemas. Hoy pusieron la cortina de la cocina y la gente de Arecal (los que hicieron todas las cortinas de la casa) me regalaron cojines a juego para la cama y el comedor. Manuel y su hijo avanzaron bastante con el patio de atrás, creo que la semana que viene terminan eso y el de adelante, quizá una semana más para la banqueta. Después quiero pintar por fuera, así que si mis cálculos son correctos, para la segunda mitad de agosto por fin voy a terminar con los gastos fuertes.
Toda esta aburrida plática presupuestal (¿presupuestaria? ¿presupuestadora?) me sirve más a mí que ustedes, evidentemente. hago estos ejercicios mentales de control monetario para convencerme a mí misma de que no es descabellada mi idea de pasar una semana en Nueva York a mediados de octubre. ¿Que porqué quiero ir a Nueva York una semana a mediados de octubre? ¡No sean metiches! esa es cosa mía y no tengo por qué darles ninguna explicación. Ja!
La verdad es que tengo una buena razón para hacerlo, pero a ustedes debe bastarles con saber que voy por que mi naturaleza curiosa y aventurera así lo exige. Y que les voy a traer regalitos.
Así es que es sábado, mi casa no se está cayendo a pedazos y acaban de estenar Hellboy y Eternal sunshine of a spotless mind, así que sin más trámites, me dispongo a pasar el fin de semana en el cine, leyendo The DaVinci Code y comiendo helado. Y háganle como quieran.
Toda esta aburrida plática presupuestal (¿presupuestaria? ¿presupuestadora?) me sirve más a mí que ustedes, evidentemente. hago estos ejercicios mentales de control monetario para convencerme a mí misma de que no es descabellada mi idea de pasar una semana en Nueva York a mediados de octubre. ¿Que porqué quiero ir a Nueva York una semana a mediados de octubre? ¡No sean metiches! esa es cosa mía y no tengo por qué darles ninguna explicación. Ja!
La verdad es que tengo una buena razón para hacerlo, pero a ustedes debe bastarles con saber que voy por que mi naturaleza curiosa y aventurera así lo exige. Y que les voy a traer regalitos.
Así es que es sábado, mi casa no se está cayendo a pedazos y acaban de estenar Hellboy y Eternal sunshine of a spotless mind, así que sin más trámites, me dispongo a pasar el fin de semana en el cine, leyendo The DaVinci Code y comiendo helado. Y háganle como quieran.
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