aburricionamiento

estoy aburrida. muy. aburrida.

Iren, ya sé que sólo los tontos se aburren. Lo sé porque así decía un póster con un burrito que hizo creo que el gobierno allá por los ochentas quesque pa' fomentar la lectura. También había uno con un gusanito con lentes saliendo de una manzana, pero ese no me acuerdo que decía. Güeno, tons les digo que ya sé, pero hoy he decido ser burra y aburrirme. La cosa es que hoy es viernes y desde la 1 no he tenido nada que hacer en la oficina. Bueno, sí tenía que hacer pero no urge y, no sé si sepan, uno nunca debe hacer nada a menos que sea urgente. Así es aquí en La Oficina.

Tons, les cuento. La semana que viene es la última semana de labores de diciembre. El martes hay una reunión importantiosísima por acá pero yo no tengo que acer nada al respecto más que ponerle algo de atención. Luego el miércoles es la comida de fin de año de La Oficina con La Jefa y pos tengo que ir. Si me vieran, se darían cuenta de que estoy saltando de emoción y alegría. Luego, el jueves voy a ir a comer con los achichincles más pa' perder el tiempo que por otra cosa. Y el viernes pos me voy a hacer güey. Luego tengo que hacer guardia dos días, o sea, venir a la oficina y estar aquí un rato nomás pa' ver que no pase nada. Y ya. Navidad, Año Nuevo. Y de regreso.

Este trabajo está cada vez pior. Ya sé quellego dos años diciendo que no me gusta y que quiero renunciar, y lo más seguro es que siga diciéndolo por, no sé, otros cuatro años. La neta no creo que lo deje, esto del dinero es adictivo y la semana que viene me voy a embarcar con un carrito así que tendré que apechugar otro rato. Pero es mi derecho constitucional quejarme, qué no?

Pos ya. Dieron las tres, me largo. Iré a comer, a comprar, a ver, a escuchar. A desaburrirme.