Isaac compró boletos para ir que vayamos a ver a Fernando Delgadillo en noviembre. Esto me produce una inmensa felicidad. Ese mismo fin de semana es cumpleaños de Amanda así que tengo al menos un par de pretextos para ir al DF. Ganas no me faltan, pero va a ser el mismo desmadre de siempre: pedir permiso en la oficina, probablemente no me lo den así que tendré que irme saliendo del trabajo, llegar ya tarde al DF, desvelar a mis papás para que me recojan y los dos días siguientes depender de las rutinas de los demás para tener transporte.
Esa ^ es una de las razones por las que quiero comprar un coche, para manejar al DF en lugar de irme en autobús. Sí, ya sé que entre casetas y gasolina es un dineral y me sale más barato ir en autobús, pero si me voy manejando es menos tiempo perdido, puedo salir a la hora que yo quiera de donde sea y además ¿a ustedes qué? muy mi gusto si quiero gastar más ¿no?
*ahem*
Perdón por el exabrupto, pero es que son muy metiches.
En fin. Otra cosa que ya se acerca es mi más reciente Expedición de Descubrimiento y Conquista. No revelaré, al menos por el momento, las fechas y destinos de esta expedición pero sépanse que estoy desquitando lo que pagué por mi visa y pasaporte (que por cierto se vence el año que viene si no me equivoco, así que me va a tocar renovarlo para poder ir a Austin para la reunión de Brunchma).
En la oficina las cosas están más o menos bien. Mi lista de gente non grata no ha crecido en un buen rato y las cosas cmienzan a estabilizarse. Hay un nuevo achichincle que no creo que dure mucho, pero le están dando tiempo para que se aclimate. Si estuviera en mis manos, ya lo habría despedido. En cuanto a las cosas que sí están en mis manos, tengo todo controlado, a raya dirían por ahí, pero a partir de lunes me voy a hacer cargo de un nuevo documento diario y espero que eso no rompa el delicado balance que he logrado. La semana que viene será más o menos normal, pero la que viene después promete ser un absoluto desmadre: hay que empacar, revisar que todo en la oficina y en casa esté listo para La Expedición, es la semana del festival de cine y he decido intentar secuestrar a Gael García para esclavizarlo... en fin, muchas cosas que requieren de planeación minuciosa.
Hay muchas cosas que contar aún, pero es temprano y no he tomado café... estoy esperando a un jardinero que juró venir y a un electricista para que arregle un desmadre que Malena tuvo a bien organizar. Dejaré la historia de la ardilla asesina para otra ocasión.
Esa ^ es una de las razones por las que quiero comprar un coche, para manejar al DF en lugar de irme en autobús. Sí, ya sé que entre casetas y gasolina es un dineral y me sale más barato ir en autobús, pero si me voy manejando es menos tiempo perdido, puedo salir a la hora que yo quiera de donde sea y además ¿a ustedes qué? muy mi gusto si quiero gastar más ¿no?
*ahem*
Perdón por el exabrupto, pero es que son muy metiches.
En fin. Otra cosa que ya se acerca es mi más reciente Expedición de Descubrimiento y Conquista. No revelaré, al menos por el momento, las fechas y destinos de esta expedición pero sépanse que estoy desquitando lo que pagué por mi visa y pasaporte (que por cierto se vence el año que viene si no me equivoco, así que me va a tocar renovarlo para poder ir a Austin para la reunión de Brunchma).
En la oficina las cosas están más o menos bien. Mi lista de gente non grata no ha crecido en un buen rato y las cosas cmienzan a estabilizarse. Hay un nuevo achichincle que no creo que dure mucho, pero le están dando tiempo para que se aclimate. Si estuviera en mis manos, ya lo habría despedido. En cuanto a las cosas que sí están en mis manos, tengo todo controlado, a raya dirían por ahí, pero a partir de lunes me voy a hacer cargo de un nuevo documento diario y espero que eso no rompa el delicado balance que he logrado. La semana que viene será más o menos normal, pero la que viene después promete ser un absoluto desmadre: hay que empacar, revisar que todo en la oficina y en casa esté listo para La Expedición, es la semana del festival de cine y he decido intentar secuestrar a Gael García para esclavizarlo... en fin, muchas cosas que requieren de planeación minuciosa.
Hay muchas cosas que contar aún, pero es temprano y no he tomado café... estoy esperando a un jardinero que juró venir y a un electricista para que arregle un desmadre que Malena tuvo a bien organizar. Dejaré la historia de la ardilla asesina para otra ocasión.